De fenómeno musical a casi desaparecer del escenario artístico español

Lourdes Hernández, conocida artísticamente como Russian Red, experimentó un ascenso meteórico que la llevó a convertirse en una de las mayores sensaciones de la música española, comparada incluso con figuras contemporáneas como Rosalía. Sin embargo, su relevancia fue disminuyendo progresivamente, hasta el punto de desaparecer casi por completo de la escena musical.

Nacida en Madrid en 1986, Lourdes comenzó a cantar y tocar la guitarra a los 15 años, inspirada por las canciones más sencillas de los Beatles, que escuchaba en casa gracias a los discos de sus padres. Tras un breve paso por un grupo sin nombre definido, conoció al productor Brian Hunt, con quien grabó una maqueta que marcaría un antes y un después en su vida. Gracias a MySpace, donde alcanzó 70.000 reproducciones, y a sus actuaciones en pequeñas salas, su nombre empezó a ganar fuerza. Una gira por Alemania y su paso por el festival Primavera Sound en 2007 consolidaron su posición como una de las artistas emergentes más prometedoras de la época.

El fenómeno de la “russian-manía”

El año 2008 fue el punto álgido de su carrera. Su álbum debut, “I Love Your Glasses”, lanzado bajo el sello independiente Eureka, desató una auténtica fiebre en torno a su figura. Russian Red era el rostro de la nueva música indie en España, y todos querían un pedazo de su éxito: entrevistas, festivales, colaboraciones en películas y anuncios, e incluso marcas buscando asociarse con su imagen. Entre otros, su música apareció en películas como “El rey de la montaña”, “Camino” y “Habitación en Roma”, y en anuncios de marcas como Haagen-Dasz y Trinaranjus.

A pesar de esta vorágine de éxito, Lourdes aceptó casi todo lo que se le ofrecía, lo que resultó ser una carga difícil de manejar para alguien en sus veinte años. En medio de este frenesí, fue portada de revistas y trabajó con marcas de moda como Kling y Purificación García, aunque nunca estuvo vinculada con la marca de pintalabios que inspiró su nombre artístico.

Un cambio de rumbo y las dificultades

El punto de inflexión llegó cuando Lourdes decidió firmar con Sony, dejando atrás el mundo indie que la había catapultado al estrellato. Este movimiento, que muchos consideraron una “traición” a la escena independiente, generó un terremoto en el panorama musical. En una entrevista publicada en ABC, Lourdes explicó que tomó esta decisión porque no podía soportar más las condiciones injustas de su contrato con su anterior discográfica.

En sus palabras: “Al principio no me preocupaba por los temas más ‘de negocio’, pero cuando empecé a interesarme por ellos, descubrí que me estaban engañando. Habíamos vendido muchos discos, pero me decían que estábamos perdiendo dinero, lo cual era incomprensible”. Además, mencionó las trabas legales que enfrentaba para dejar su discográfica, incluyendo cláusulas económicas que comparó con las de los contratos de futbolistas. “Ya estoy con abogados, pero sentí la necesidad de que esto se supiera”, afirmó.

La caída del fenómeno

A pesar de su talento y de la admiración que despertó en el público, el brillo de Russian Red se fue apagando poco a poco. Las exigencias del éxito, sumadas a las dificultades legales y las tensiones con la industria, hicieron que Lourdes se apartara de los escenarios. Hoy, su figura es un recuerdo de una época dorada de la música indie en España, un fenómeno que marcó un antes y un después, pero que también dejó una lección sobre las complicaciones del éxito temprano y los desafíos del mundo musical.

Aunque Russian Red ya no ocupa las portadas ni los escenarios, su legado perdura como testimonio de una carrera tan brillante como fugaz.