Reseña de ‘Ghostlight’: Una historia meditativa de sanación a través del teatro comunitario
Los cineastas Alex Thompson y Kelly O’Sullivan han tejido magistralmente una narrativa única en Ghostlight. La historia gira en torno a Dan Mueller (Keith Kupferer), un trabajador de la construcción que, en medio de una agitación personal, encuentra consuelo en un encuentro inesperado con Rita (Dolly de Leon), una actriz de teatro comunitario. Este encuentro lleva a Dan a embarcarse en un viaje significativo, audicionando para el papel de Lord Capuleto en la próxima producción de Romeo y Julieta. Lo que sigue es un conmovedor viaje de autodescubrimiento y sanación, bellamente interpretado por el elenco.
Ghostlight es una joya independiente que resuena con su sensibilidad del medio oeste estadounidense. Es una historia de segundas oportunidades y del poder transformador del teatro comunitario, donde los individuos procesan su duelo, canalizan sus pasiones y se descubren a sí mismos. La fuerza oculta de la película reside en sus momentos sencillos, peculiares y gentiles que, a la vez, divierten y conmueven, como los debates de los personajes sobre qué ver en la televisión o sus ejercicios de respiración profunda en clase. Con su corazón a flor de piel, este drama de comedia independiente es un testimonio del poder sanador del arte y la comunidad, inspirando incluso a las almas más heridas a encontrar consuelo y crecimiento en sí mismas y en los demás.
Algunos de los mejores momentos de la película son íntimos, vulnerables y crudos durante los ensayos, capturando los momentos de duda de los actores, sus luchas para conectarse con sus personajes y sus eventuales triunfos. Esta crudeza toca la experiencia humana universal de actuar a través de sus emociones, haciendo que la película sea relatable y emocionalmente vibrante para cualquier artista. Los actores son tiernos y encuentran una manera de expresar sus sentimientos en el escenario, donde luchan por hacerlo en la vida real. La película es simple en su premisa y trama, pero encantadora y profunda acerca de las personas a las que amas y con las que vives.
Ver a los personajes principales ensayar en Ghostlight fue un punto culminante que se quedó conmigo días después de ver la película. Verlos meterse en sus personajes y descifrar la historia fue fascinante y conmovedor. Puede que haya sido un teatro comunitario amateur, pero los auténticos actores pusieron mucho trabajo en su arte, y me dieron ganas de ver teatro comunitario local.