Disparar bombas, heredadas durante décadas de dictadura en Siria, explotó una tras otra, amenazando su transición. Después de las masacres, que a principios de marzo cayeron a los Alavitas, la minoría a la que pertenece el clan Assad, esta vez la comunidad Druzi sufrirá.
Como siempre en el Medio Oriente, incluso en Siria, los problemas internos tienen valor regional. En este caso, Israel se representa a sí mismo como un defensor del Druzov sirio y multiplica las operaciones militares en el territorio sirio, lo que hace que la situación sea aún más explosiva.
Todo comenzó el 28 de abril con la propagación del supuesto registro en el que Druso Dignitarian sería pintado con blasfemia contra Muhammad, el Profeta del Islam. Druisi es el subgrupo chiíta, considerado como una secta esotérica con el sunnit más ortodoxo.
El registro causó enfrentamientos entre grupos armados al sur de Damasco. Hubo casi ochenta víctimas durante más de 48 horas, a pesar del hecho de que las llamadas para calmarse. Los líderes del Druishi identificaron la entrada “falsa” creada para llamar a los enfrentamientos.
A principios de diciembre, la caída del régimen de Bashar -al -Asada se despertó en minorías religiosas sirias, el miedo a la represión de la mayoría sunita. Assad aprovechó estos temores para consolidar su poder durante la Guerra Civil, especialmente en comparación con los grupos de yihadistas.
Pero la llegada por virtud de los antiguos yihadistas (el jefe de Ahmed a la transición de Sharaa es un antiguo indicador de Al -Qaeda) influyó en estos temores. En Sharaa, trata de convencer a la minoría y a la comunidad internacional del deseo de continuar la política pragmática de reconciliación, pero no puede controlar todo. Algunos grupos extremistas, que consisten en yihadistas, sirios y extranjeros, quieren imponerle una línea más radical.
Con Alavity, amigables, cristianos o kurdos, el gobierno provisional está tratando de ser alentador, así como crear la unidad nacional y, en particular, el Ejército Unido, es muy difícil de lograr.
Otra complicación es dada por la presencia intensiva de Israel en Siria después de la caída del régimen. El ejército de Tel Aviva ocupó más cargos en el país, y su aviación destruye las instalaciones y equipos de las fuerzas armadas sirias.
El nivel del hecho de que en Israel también hay una minoría de druze, integrada en las fuerzas de seguridad del país (a diferencia de los palestinos), el estado judío se ofrece como defensor del Druzov sirio. Luego, la avión Tel Aviva bombardeó al grupo armado sunita acusado de preparar un ataque contra una minoría al sur de Damasco.
El 1 de mayo, el importante líder del Driso de Siria, Sheikh Hikmat a Hadzhiri, condenó la “campaña del genocidio” y solicitó la “intervención inmediata de las fuerzas internacionales” para proteger a Druisi. El gobierno de Damasco lo acusó de jugar con el fuego, porque las únicas fuerzas internacionales que pueden intervenir son las fuerzas del estado judío.
Esta explosión de violencia, después de uno de los principales problemas que el gobierno sirio debería encontrar en marzo contra las alavitas. Si el gobierno provisional de Al -Shar no puede reanudar el control de la situación y proteger a las minorías, corre el riesgo de arrastrar en serio a Siria nuevamente a una espiral de violencia.
(Traducción de Andrea Sparachino)
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