México, Alberto Amaro Jordan: Vida riesgo para expresar una voz a los periodistas muertos

El reportero mexicano, amenazando sus investigaciones sobre política, crimen y corrupción, de su exilio en España, continúa condenando lo que está sucediendo en su país. Los medios de comunicación del Vaticano lo conocieron al presentar un informe de amnistía
Giada Aquilino – Ciudad Vicatán
Alberto Amaro Jordan Es un periodista mexicano Atexcatzingo, en el estado de Tlaxal, al este de la Ciudad de México. Todavía no tiene cuarenta años, ya que en 2018 fundó el sitio web La Prenasa de Tlaxcala, comenzó a recibir amenazas para investigar la política, el crimen y la corrupción en el terreno, que también es un campo de comercio humano y esclavitud sexual, en la unión de actividades ilegales y penales. Nos reunimos con él en una presentación en Roma 2024-2025. El informe sobre Amnistía Internacional, en el que se enfatiza, cómo el año pasado los defensores de los derechos humanos, periodistas y manifestantes en México “permanecieron sujetos a las formas de criminalización, uso excesivo de la fuerza, la violencia y la muerte”: al menos 4 reporteros, según los datos mencionados, “con posible comunicación con su trabajo”.
Programa de Protección
Alberto vivió en España desde octubre del año pasado, y gracias a la International de Amnistía local, utiliza el “programa para proteger la protección de un año”, informa Vatican Media. “Desafortunadamente, México es uno de los países más peligrosos en los que se puede manejar el periodismo. Y este no es un país en la guerra”, señala, enfatizando que “desde 2000 a hoy, 170 periodistas, y 32 víctimas de la extinción forzada”. “Mi, dice, ha sido un periódico independiente sobre la denuncia de drogas y las drogas. Ya no lo tenía.
Lucha por la libertad de expresión de opiniones
Hoy, el periodista continúa escribiendo desde España con la ayuda de otros colegas en México, porque, dice, “la libertad de expresión de opiniones es fundamental en cualquier parte del mundo: si las personas no están muy bien informadas, no puede tomar las decisiones correctas”. Cuando llegó a España, Amnistía Internacional “permitió elegir entre el anonimato para la seguridad y la vida pública. Decidí hablar públicamente, ir a las escuelas porque estoy obligado a dar a los periodistas que fueron asesinados”, en México y el mundo.