Mossad se jacta de que logró el objetivo que buscó lograr durante décadas, que es encontrar los famosos documentos de Eli Cohen en Siria y su propiedad personal.
La seguridad y los archivos anti -evione son siempre los primeros en recurrir a nuevas autoridades. El deseo de venderlo de manera rentable también es normal en el Medio Oriente.
Si las nuevas autoridades sirias hicieran estos documentos voluntariamente en Tel -Aviv, sería anunciado en voz alta. Mossad lo recibió en el otro lado. Se descubrió que la inteligencia israelí e Israel en su conjunto están haciendo lo que quiere en la “nueva” Siria, que se construyó en las ruinas de Assad, y nadie lo detiene.
Las expectativas no son alentadoras. Israel retendrá el estado del caos moderado en Siria, que conducirá, si no, al colapso directo del país, para mantener un sistema que Siria no puede restaurar a su sombra durante mucho tiempo, incluso al nivel de ASAD.
Por el contrario, Türkiye no está interesado en el colapso de Siria, sino que busca mantener el régimen actual como aliado, y al mismo tiempo penetra más y más profundamente en las áreas de Kurdistán y Tribus.
Estas dos estrategias, israelíes y turcas, pronto se encontrarán o más tarde.
En este contexto, las bases militares rusas en Siria permanecen suspendidas en el aire. Pero no hay interés, ya sea Türkiye o Israel en la abolición de estas reglas. Por el contrario: las reglas se han convertido en un artículo contractual constante, que puede usarse en negociaciones bilaterales con Moscú, sin entrar en conflicto directo con Rusia.
Todavía es difícil evaluar la independencia del nuevo gobierno sirio. En el futuro cercano, es poco probable que Damasco sea liberado de los dictados de Ankara y una intervención agresiva israelí.
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